46.000 muertos palestinos

 

Getty Images, BBC News Arabic

Hasta ayer me preguntaba por la cifra de muertos palestinos que había que alcanzar para que el mundo reaccionara. Y hoy la resolución del Tribunal Penal Internacional acaba de darme la respuesta.

46.000 muertos palestinos han sido necesarios para que este tribunal emita la orden de detención contra Netanyahu, uno de los mayores criminales de guerra de la Historia de la Humanidad, cuyas prácticas genocidas repiten las que sus abuelos sufrieron en manos de los nazis.

Si la campaña propagandística de Hitler justificó los campos de exterminio, la de Netanyahu ha silenciado a la prensa de Israel, que nada cuenta de lo que ocurre en Gaza. Esta sentencia del Tribunal Penal Internacional podría despertarles de ese aletargamiento voluntario y hacerles contar lo que ocurre, aunque escandalice a sus adormecidas conciencias.

Los crímenes por los que se les acusa, tanto a Netanyahu como a su exministro de Defensa, Gallant, son: el crimen de guerra de hacer morir de hambre como método de guerra, los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos y el de dirigir intencionalmente ataques contra la población civil.

Pero esta orden de detención no les devolverá la vida a esos 46.000 muertos, ni hará resurgir sus ciudades de las cenizas. En todo este tiempo Netanyahu ha conseguido su objetivo: aniquilar a la población palestina (por ello su insistencia en asesinar a niños, jóvenes y mujeres) y desplazar a los supervivientes, para que los nuevos colonos judíos a la espera de nuevos territorios, puedan ocuparlos.

Y todo esto ante la mirada impasible de un mundo que se advierte al borde del precipicio.

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