Hoy 6 de junio hace 80 años del
desembarco de Normandía, principio del fin de la Segunda Guerra Mundial y
victoria de la democracia sobre el nazismo y el fascismo que, sin embargo, han
regresado, gobiernan en algunos países y comunidades españolas y
pretenden llegar hasta las instituciones europeas.
En el desembarco de Normandía murieron
más de 200.000 soldados aliados para darnos la oportunidad de construir una
Europa en la que la Agenda Verde modernice nuestra economía, los partidos de
izquierda aseguren empleos de calidad y la igualdad entre hombres y mujeres,
trabajen por la paz en conflictos como los de Ucrania y Gaza y sobre todo
neutralicen a la ultraderecha reaccionaria.
El desembarco de Normandía, que pasaría
a la historia como Operación Overlord, significó la falla que llevó al nazismo
a su derrota y, tras ella, a la consolidación de los pilares de una Europa de
progreso y solidaridad que está hoy amenazada y corre el riesgo de perder derechos
y libertades que creíamos afianzados.
Si el agente doble español Juan Pujol
García fue crucial en el éxito de esta operación, al engañar a los alemanes
haciéndoles creer que el desembarco se haría en Calais, somos nosotros, sus
compatriotas, los que tomamos ahora el relevo y, desembarcaremos el próximo
domingo en las urnas con la artillería del voto anónimo y universal que
detendrá a esa derecha encallada y radicalizada y a esa ultraderecha que grita
con palabras vacuas.
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