Allá por el año 1987 mi
profesor de Pensamiento Político, César Aguilera, nos habló en clase de la
historia de una mujer alemana coetánea a la fecha en la que nos encontrábamos
que despertó un día hablando en egipcio antiguo. Aquel acontecimiento, sorprendente e inexplicable, corrigió a los lingüistas especialistas en el egipcio
de los faraones al demostrar con el idioma que utilizaba esta mujer, que
estaban equivocados.
Pero, lo que más conmoción provocó
este acontecimiento fue el hecho de poner sobre la mesa la cuestión de que la
memoria pudiera ser transmitida genéticamente. De aquello nunca más supe y, sin
embargo, desde entonces he pensado a menudo en esos rincones inescrutables del
cerebro en el que podían permanecer dormidos conocimientos y recuerdos de vidas
anteriores de nuestros antepasados.
Y precisamente de esto va la
película escrita y dirigida por Julio Medem, Caótica Ana, que en el año 2007 se
estrenó y que recientemente he descubierto.
A pesar del desafortunado
título que confunde y no tiene relación alguna con lo que en el film se trata.
La historia de Ana, la protagonista interpretada por Manuela Vellés, junto a la
de Linda a cargo de Bebe, es una excusa para abordar la cuestión del dominio
que en el patriarcado los hombres ejercen sobre las mujeres. De hecho, la
primera secuencia no es sino una metáfora en la que un halcón atacará a una
paloma dejándola agonizante sobre la tierra para regresar al antebrazo de su
cetrero.
La paloma es el símbolo de la
feminidad y de palomas estaba coronado el antiguo palacio de Cnossos en Creta.
Blanca Paloma será llamada la virgen del Rocío porque antes que ella ya era la
paloma la diosa Astarté de los fenicios. Y el halcón representará al
patriarcado simbolizado en el dios Horus que se alzará con el trono del panteón
egipcio.
Tras esta introducción
profética, la película girará en torno a dos jóvenes que comparten habitación
en una residencia para artistas de Madrid.
El personaje que interpretará
Bebe, con sincera contundencia, natural frescura y sin embargo agresividad
felina, será quien acompañe a Ana en su particular bajada al infierno
patriarcal en el que hombres y mujeres son inevitablemente encasillados como
violadores y prostitutas.
Como Orfeo en busca de
Eurídice, Ana iniciará una búsqueda en su inconsciente que la llevará al
conocimiento de las trágicas muertes de sus vidas anteriores, en todas ellas,
víctima de una cultura androcéntrica, violenta y opresiva. En todo esto la
interpretación de Manuela Vellés será crucial, haciendo creíble la historia y convirtiendo
a su personaje en real.
Julio Medem en esta obra tan
personal como todas las de su filmografía, hace una valiente apuesta por un
discurso abiertamente feminista lleno de simbolismo, en el que rompe los moldes
impuestos por el patriarcado dando la oportunidad a los hombres a ser felices dedicando
su vida al cuidado de los hijos y a las mujeres a parir hombres buenos
antipatriarcales.
Pero, además, Medem, en esta
apología en defensa de los oprimidos, hace que el protagonista masculino sea saharaui,
para recrear parte de la historia de ficción en la dramática historia real del
Sáhara que fue español y a cuyo pueblo abandonamos a su suerte.
Esta película sobre Ana y sus
anteriores vidas, que la entroncarán con épocas remotas en las que la diosa aún
no había sido sometida, atrapa tanto por la densidad de lo que cuenta como por
el modo de contarlo, convirtiéndola en una auténtica joya del cine español.
La música de la violinista,
pianista y compositora británica, Jocelyn Pook alcanza igual maestría que el
montaje del propio director y la fotografía de Mario Montero a caballo entre el
documental y los oscuros fractales de la psique.
Julio Medem, una vez más, logra
hacer del cine un lenguaje reivindicativo, analítico y bello y a su protagonista
símbolo de las cientos de miles de mujeres asesinadas por la violencia
patriarcal. "Me matarás 2.000 veces y 2.000
veces volveré a nacer para parir hombres buenos" dice Ana como colofón de una
historia sobre la opresión que no deja de estar vigente.
Comentarios
Publicar un comentario