Si J.R.R.
Tolkien levantara la cabeza, volvería a enterrarla. Porque, como hombre de su
tiempo, este escritor británico eliminaría todo vestigio femenino de su obra. En
la novela El señor de los anillos y en sus antecesoras El Silmarillion
y El Hobbit los personajes femeninos brillan por su ausencia o tienen trascendencia
secundaria, a excepción de Eowyn y las elfas Galadriel y Arwen. Sin embargo y,
afortunadamente los tiempos han cambiado
y la adaptación que Juan Antonio Bayona ha dirigido sobre este universo, que se
está emitiendo actualmente por plataforma digital, otorga a las mujeres un protagonismo
inusual.
En los acontecimientos históricos y en la
vida diaria de los pueblos y ciudades del mundo siempre han estado las mujeres
ocupando los espacios que el patriarcado les ha permitido, pero, en cualquier
caso, siempre presentes. No obstante, en la narrativa escrita e inventada por
hombres, a los que tradicionalmente se les otorgaría tal privilegio, no aparecerían
o, en todo caso lo harían en roles estereotipados, representando los papeles que
cultural y socialmente se les había atribuido.
En la serie El poder del anillo,
las mujeres están en todas partes, lideran las batallas, son las heroínas, las
estrategas, y caminan por las calles del relato haciéndose tan visibles, como
invisibles lo eran antes.
Independientemente del valor cinematográfico que tenga esta nueva propuesta
sobre la obra de Tolkien, su importante apuesta feminista la convierte en punto
de partida dando auténtico poder al paso del tiempo.
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