Hoy 8 de marzo, Día de la Mujer, conmemoramos los esfuerzos de nuestras
antepasadas por crear un mundo de igualdad, mientras la sociedad las culpaba y
hacía responsables de los males del mundo. Hoy, como cada 8 de marzo y como el
resto de los 364 días que tiene el año, somos feministas porque el feminismo es
el futuro al que irremediablemente estamos abocadas y abocados. La lucha de
tres siglos que nos precede nos hace cada día más fuertes y la globalización
nos hermana con las mujeres de todos los rincones del planeta. La voz rota de
nuestras abuelas vuela hoy hasta el espacio sideral y allí, donde estén, se
sentirán orgullosas por ello.
Hoy, ya nos hemos cansado de ser culpables. Culpables de romper el silencio,
aunque aún exista el burka en Afganistán. Culpables de querer transformar la
realidad, aunque aún se nos cosifique e hipersexualice como enseña a diario el
cine y la publicidad. Culpables de no querer ser madres, aunque aún existan
legislaciones que prohíban el aborto como Haití, El Salvador, Nicaragua,
República Dominicana y Honduras. Culpables de luchar para acceder a la educación
y entrar en el mercado laboral, aunque aún muchas mujeres sólo puedan ser cuidadoras
y “amas de casa”. Culpables de querer votar, aunque aún haya países donde no es
posible, como el Vaticano. Culpables de no ser sumisas, aunque aún nuestro
Código Penal considere abuso lo que es violación. Culpables por existir, aunque
aún siga siendo así en países como la India. Culpables de ser mujeres.
Ya nos hemos cansado y hoy lo gritamos a los cuatro vientos. En pie y sentadas,
en manifestación y concentradas, en huelga y en el trabajo, en la calle y en casa,
en las ventanas y en los sótanos, vestidas y desnudas, dormidas y despiertas, a
plena voz y en silencio. Ya nos hemos cansado.
Magnifico alegato contra el patriarcado.... seguimos luchando...
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