Cuando
algo produce dolor, aunque al sentimiento le acompañe la belleza, procuramos
evitarlo. Y esto me lleva ocurriendo desde hace años con algunas películas que,
o ya las he visto o por referencias se que me conmoverán.
La milla
verde dirigida por Frank Darabont , basada en la magnífica novela de Stephen King,
significó hace muchos años, una de esas muescas que nos dejan en el alma las
historias preñadas de sentimientos y dolor. Desde entonces me he negado a
diario a volver a ver, y digo a diario, porque es de las que se promocionan en
plataformas como en este caso Amazon Prime.
Hoy, sin saber por qué me he dejado llevar ante la
insistencia de Jose Angel y la curiosidad de Pablo y la he vuelto a ver
redescubriendo su valor. La milla verde es una apología en contra de la pena de
muerte. Es una reflexión sobre la vida, la bondad y la maldad que habita entre
nosotros, y es también una historia en contra del racismo, que tan
oportunamente la podemos ver ahora coincidiendo con las manifestaciones
norteamericanas en protesta por el asesinato de George Floyd.
Más allá
del misticismo que también se puede apreciar en la película, e incluso el maniqueísmo
que muestran sus personajes, la película es una fábula que no deja impasible y
golpea las conciencias puritanas que descansan mirando hacia otra parte o musitando
en confesionarios.
Protagonizada
por Tom Hanks y Michael Clarke Duncan y con música de Thomas Newman este film
del año 1999 no sólo no ha envejecido sino que me ha hecho reconocer que, a
veces, hay que afrontar el dolor para volver a encontrar la belleza, como
encabeza este blog. Belleza que, además de sentirla en el alma del protagonista
forjada de inocencia y bondad, queda plasmada en el alegato contra las penas
capitales y las complejidades que presentan los sistemas jurídicos.
Como
colofón y metalenguaje, la única y última petición que manifiesta el recluso
será ver por primera vez una proyección cinematográfica y ante la escena de
Fred Astaire y Ginger Rogers de la película Sombrero de copa dirá que
son ángeles caídos del cielo.
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