Hoy 7 de Noviembre de 2019 ha
fallecido una mujer extraordinaria, una mujer empeñada en romper la
invisibilidad en la que se encuentran y se han encontrado, a lo largo del
tiempo, tantas mujeres excepcionales. Margarita Salas, bióloga molecular, mujer
y científica, valga la contradicción, ha fallecido a los 80 años de edad,
después de una intensa carrera en la que destacó tanto por su inteligencia como
por su tenacidad en la lucha por la igualdad. Margarita Salas denunció la
discriminatoria situación en la que se encontraban las mujeres científicas.
Reconoció que tardó en darse cuenta y de cómo había afectado a su propia
carrera, pero que una vez consciente ya no se detuvo en denunciar esa
discriminación.
Colaboradora del Nobel Severo
Ochoa, inició el desarrollo de la biología molecular en España. Su estudio del
fago Phi29, un virus que infecta a las bacterias, permitió conocer cómo
funciona el ADN y cómo la información que contiene se transforma en las
proteínas que hacen funcionar al virus. Tras un periodo de tres años en Estados
Unidos, país al que llegó en 1964 huyendo de lo que ella misma llamaba “un
páramo científico” refiriéndose a España, regresó con una ayuda de la organización
estadounidense Jane Coffin Childs Memorial Fund for Medical Research y logró
crear una tecnología que revolucionó las pruebas de ADN y ha reportado al CSIC
(Consejo Superior de Investigaciones Científicas) importantes beneficios
económicos. En 1989 patentó su sistema de amplificación de ADN en EE UU
y después en Europa en 1997 a nombre del CSIC. Durante los seis años en
que la patente estuvo activa, entre 2003 y 2009, generó más de seis millones de
euros y se prevé que los productos que incorporan su tecnología rondarán los
150 millones de euros en 2020.
Margarita Salas, también ha
destacado por su excelente labor en la formación de científicos y científicas
como María Blasco, hoy directora del Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas, Marisol Soengas también del
CNIO, o Jesús Ávila, uno de los más sobresalientes
investigadores del Alzhéimer.
En
1988 fue nombrada presidenta de la Sociedad Española de Bioquímica, en 1992
directora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, en 2003 entró en la Real Academia Española
(RAE) y en 2007 se convirtió en la
primera mujer española en ingresar en la Academia Nacional de Ciencias de EE
UU.
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