Root Trolls de John Bauer |
Cuando la cultura occidental se
siente más orgullosa por alcanzar con telescopios el horizonte del universo,
cuando la ciencia y la tecnología están a un paso del lograr la inmortalidad
celular, se nos descubre la gran miopía que padecemos y que nos impide ver la terrible
perversión en la que está sumida esta supuesta avanzada sociedad.
Desde el año 2016 se han
cometido sólo en España 134 violaciones en grupo de las que algunas han
trascendido a los medios de comunicación bajo la denominación de “Las manadas”.
Conocemos la de Pamplona, la de Pozoblanco, la de Manresa, la de Murcia y la de
Bilbao, pero quedan 129 más sin el apellido de la población en la que se
cometió el delito de violación, aunque nuestro código penal procure rebajar la
barbarie a abuso sexual con la consiguiente reducción de años de cárcel.
En lo que llevamos de 2019, y
hasta ayer, 2 de agosto, fecha de la última actualización de estos datos por el
observatorio “feminicidio.net”, son 42 las violaciones múltiples ocurridas en
España, lo que da un ilustrativo y poco gratificante retrato de nuestra
sociedad.
Según la información recogida
por este observatorio que, nació con el objetivo de documentar y visibilizar esta
bestialidad que parece normalizada, los violadores suman un total de 356, el
36% de las mujeres violadas son menores y en un 13,5% de los casos los
delincuentes tomaron imágenes de las violaciones, poniendo de relieve la
inmunidad social y penal en la que se creen instalados.
La ausencia de sentencias
ejemplarizantes y de una educación familiar e institucional afianzada en el
respeto y la empatía, el alto consumo de pornografía como consecuencia de lo
anterior y, tras todo ello, la idea de la mujer como una “cosa” para usar y
tirar, son algunas de las causas que motivan esta terrible realidad que, cada
día, nos aleja más de las estrellas.
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