Woody Allen cuando dirigió Midnight
Paris, quiso destacar el dicho popular de “cualquier tiempo pasado fue mejor” y
recreó la magia de su relato en el siglo XIX y en la Belle Epoque.
Un sueño del que no se quiere
despertar, una ilusión cumplida al roce de la medianoche como en el cuento de la
Cenicienta, es el leitmotiv de esta película que plantea como reto comentarla sin
desvelar su más íntimo secreto, para que quienes aún no la hayan visto puedan
disfrutar de ella deliciosamente.
Del año 2011 y protagonizada
por Owen Wilson, Marion Cotillard y Rachel McAdams, en Midnight Paris también
trabajan con papeles más pequeños, pero no por ello menos importantes, Corey
Stoll y Kathy Bates, dejando a Carla Bruni con un gracioso cameo.
Esta coproducción entre Estados
Unidos, España y Francia es todo un homenaje a la ciudad francesa al más puro
estilo Allen como hiciera también con “Desde Roma con amor”.
De Midnight Paris, no se puede
decir mucho sin caer en la tentación de entrar en su inconfesable meollo por lo
que la mejor descripción de esta cinta cuyo ritmo es el adecuado y la música
acompaña silenciosamente a la acción, es la invitación sincera a su visionado.
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