José Hernández |
El programa radiofónico ya había comenzado y no supe quién
pronunciaba aquellas palabras de recuerdo y dolor.“Y antes de llegar a su casa les dispararon” era la frase que escuché y supuse que se
refería a la represión franquista en la que fueron asesinados, sólo en la
provincia de Sevilla más de 14.000 personas por sus afiliaciones políticas y
sindicales.
También esa frase
podía hacer referencia a la represión institucional, en la que, según el historiador José Carlos
Martínez Gálvez , se sucedieron los episodios más violentos y se extendió hasta la década de los años 50.
Miles de hombres fueron arrancados de sus familias para ser
asesinados junto a las tapias de los cementerios como el de Sevilla. Miles de
hombres y mujeres represaliados y asesinados a manos de fascistas que bajo la
protección y encomienda de la dictadura franquista crearon un estado de terror
en el que había que erradicar cualquier pensamiento libre, cualquier ideal de
un mundo igualitario.
Pensé que esa voz que escuché en la radio hacía referencia a
aquellos años de horror, silenciados y de los que dicen algunos que, sacarlos a
la luz, es un acto de revanchismo y de abrir heridas, que por cierto, nunca
estuvieron cerradas.
Sin embargo pronto descubrí que estaba equivocada. Que la
frase hacía referencia al asesinato también en una calle de Sevilla, pero del
concejal Alberto Jiménez Becerril del PP y su esposa.
De eso hace ya 20 años, y sigue siendo legítimo recordarles
y hacer homenaje a su memoria, del mismo modo que los miles de asesinados
también por motivos políticos durante el franquismo se merecen el recuerdo y,
como mínimo, desentrañar dónde se encuentran sus cuerpos y que sus familiares les
puedan dar sepultura.
Quizás la diferencia entre unos y otros asesinatos sea tan
sólo el verdugo, teniendo en cuenta que el de la represión franquista cuenta
con un templo y una fundación financiada con dinero público.
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