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Los
premios Planeta siempre me merecieron gran respeto y en esta ocasión,
además, una gran sorpresa, ya que el galardón del año 2017 se lo
ha llevado Javier Sierra.
La
sorpresa no es porque considerara que este autor no estuviera a la
altura de estos premios, sino, por su trayectoria literaria, tan dada
a la heterodoxia que hubiera jurado en las antípodas de este premio.
Javier
Sierra es un gran divulgador y valiente merodeador de temas
polémicos, asuntos esotéricos y misterios insondables, que podría
etiquetarse en esa corriente literaria que se adentra en la cara
oculta de la Historia, corriente habitualmente considerada de segunda
fila que cuenta, sin embargo, con un gran número de lectores y
lectoras.
“El
fuego Invisible” hace honor, una vez más, a ese estilo tan propio
del autor que lo hace inconfundible y lo sitúa en ese espacio
pretendidamente elegido al que nos referíamos antes.
¿De
dónde vienen las ideas? es el leitmotiv de la novela, tras el
que los personajes iniciarían una búsqueda que les llevará de una
pista a otra, a modo de Gymkana, hasta resolver el enigma de un modo
inesperado.
Javier
Sierra construye una interesante trama en torno al Grial y su
relación con la España del medievo. Un thriller en el que nada, ni
nadie es quien parece y en el que se va desgranando una original
tesis con final sorprendente.
Es,
así mismo, esta obra metaliteratura, una
narración sobre narradores, un relato en el que el autor se pregunta
por los motivos que llevan a escribir.
De
Barcelona a Dublín y de aquí de nuevo a Barcelona y luego a Madrid,
David el joven filólogo protagonista de la novela, que acaba de leer
su tesis doctoral sobre Parménides, descubrirá secretos de familia
que le llevarán a conocer la relación de su abuelo, famoso
escritor, con Valle Inclán o los motivos que llevaron a su padre a
abandonarlo cuando era un niño. Todo ello enmarañado en un mundo en
el que el número ocho, las iglesias románicas de Aragón y sus
crismones y el mito del Grial ocultan un saber peligroso que le
llevará al límite de casi perder la vida.
Indudablemente
los tiempos cambian. Nadie hubiera imaginado que la Academia de Cine
de Hollywood hubiera premiado con tantas figurillas una película de
género como “La forma del agua” del mexicano Guillermo del Toro.
Igualmente nadie hubiera apostado porque el jurado de los premios
Planeta fuera a premiar una novela de intriga en la que el
espiritismo, los visionarios y las fuerzas malignas de otros mundos
pugnan por ocultar una verdad que finalmente resulta está al alcance
de cualquiera. Y como en todos los relatos iniciaticos, en este
viaje, nuestro protagonista conocerá que en el regreso a casa están
las respuestas a todas las preguntas.
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