Marc Chagall. Over the
Twon
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Nunca “perro muerde a niño” ha sido noticia y ahora más que
nunca hemos podido comprobar la certeza de tal aseveración.
Dentro del terrible drama que significa saber que en España
se han robado bebés a madres en situación de vulnerabilidad social para vendérselos
a familias pudientes, se encuentra uno mayor: el de descubrir que uno mismo puede
ser cualquiera de esos bebés robados.
Ese fue el caso de María Ascensión López Rodríguez de 53 años
que, como otros cientos de personas en situaciones similares, tras haber creído
que había sido adoptada, descubrió la desgarradora verdad: había sido robada y
vendida por 250.000 pesetas.
Es difícil imaginar los pensamientos que se le cruzarían por
la cabeza cuando supo que había sido un bebé robado y es difícil imaginar
cuales serían los sentimientos, que encogidos, se le metieron en el estómago. Pero,
es fácil imaginar que Ascensión quisiera conocer su propia historia y por tanto
averiguar quiénes eran sus padres biológicos.
Y, en el transcurso de las indagaciones apareció un
personaje, como escapado de una de las novelas de Eduardo Mendoza, una monja
que resultó ser sobrina de su padre postizo y “supuestamente” responsable del
negocio.
María Ascensión denunció públicamente en 2013 a la
mencionada monja, después de haber presentado en 2012 la demanda por haber sido robada, demanda que
fue desestimada en 2014.
Sin embargo, si fue estimada la denuncia por injurias y
calumnias que Sor Dolores le interpuso y que ha dado como sentencia para
Ascensión el pago de una indemnización de 40.000 euros y la condena de 5 meses de
cárcel, por no poder afrontar una multa de 3.000 euros.
Ciertamente “perro
muerde a niño no es noticia” pero sí: “niña robada condenada a 5 meses de
cárcel y al pago de 40.000 euros por denunciar su situación”.
Es como poco irónico, por no decir surrealista, que la
primera persona que ingrese en prisión en España por el caso de la compra-venta
de bebés robados no sea uno de los responsables del negocio, sino una víctima. Por
lo que, a menos que el Consejo de Ministros
le conceda el indulto, creeremos que
vivimos en un mundo al revés.
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