Einstein
decía que es más fácil romper un átomo que acabar con un
prejuicio y sobre este pensamiento pivota la película que hizo en
2010 de Christopher Nolan uno de los mejores autores de ciencia
ficción.
Colmada
de premios de todo tipo “Origen” nos transporta a lo más
profundo de nuestra mente en la que están ocultos nuestros más
irredentos deseos y oscuros secretos. Allí donde el inconsciente
dirige nuestras acciones y pensamientos.
Conocedor
de las dificultades que pudiera ofrecer su atrevido e incluso
extravagante guión, Nolan se afana en hacer comprensible su apuesta
y lo logra.
Sueños
dentro de sueños en busca de una idea que cambiar, es la trama de
esta película en la que la música de Hans Zimmer consigue atrapar
al espectador en un mundo onírico de pesadilla de la que no se está
seguro de despertar.
Leonardo
DiCaprio y Marion Cotillard protagonizan esta película de 148
minutos, coproducción entre Estados Unidos y Reino Unido en la que
la fotografía de Wally Pfister se llevó un Oscar.
DiCaprio,
el caco con el que empatiza el espectador desde el primer segundo,
acostumbra a robar ideas, pero el amor, le lleva a desafiarse así
mismo y, en lugar de un robo, planea una implantación. Esa
idea implantada será la que le conduzca al laberinto del que no
sabremos nunca si saldrá.
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