Del
mundo antiguo conocemos sobre todo a egipcios, romanos y griegos,
pero muy poco sabemos de nuestros antepasados los íberos.
Hombres y mujeres rudos en un tiempo en el que la lucha por la
supervivencia era su principal ocupación.
Juan
Eslava Galán empeñado en sacar del olvido la historia de Iberia y
por añadidura de su Jaén natal, nos regala de vez en cuando,
novelas que recrean un pasado desconocido y no por ello menos
importante, sobre todo, porque se trata de nuestro pasado.
Es
el caso, de su obra Rey Lobo, en la que recrea la historia de
un íbero oretano de Zubión (zona entre la actual
Jaén y Villagordo) que comienza en el año 411 antes de
Cristo. Al igual que el Ulises griego, nuestro héroe, Zumel,
abandona su hogar y se embarca en un viaje que le
llevará de guerra en guerra a la lejana Siracusa, hasta que 20
años después regrese de nuevo a casa. A lo largo de las
aventuras y desventuras que vive Zumel atribulado por una promesa
incumplida, Eslava Galán desgrana las costumbres y tradiciones de
aquel pueblo que puso los cimientos de nuestra historia.
Rey
lobo es una novela de amor y venganza en la que los sentimientos
llevan a nuestro protagonista a liderar acciones heroicas y
desesperadas. Es una obra en la que se vislumbran las tradiciones
como cadenas que esclavizan a los hombres y el destino
como la recreación de un propósito personal. Es una metáfora de la
absurda resistencia al cambio, al paso del tiempo. Es la historia de
un guerrero que quiere ser pastor y sólo cuando acepta que uno
es lo que es y no puede escapar de ello, encuentra la paz.
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