Retrato ecuestre del duque de Lerma (El Greco) |
Patriota, según la Real Academia Española, (RAE)
es la persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien. Pero en España
los que van de patriotas, lo son sólo de “boquilla” porque la verdad es que su
país les importa un pimiento y mucho menos que un pimiento sus compatriotas.
Aquellos a los que se les llena la boca
mencionando el nombre de España en modo casi orgásmico son los que nunca han
pagado impuestos, convenientemente asesorados por importantes bufetes de
abogados. Son los mismos que durante toda la vida en la que han presumido de
patriotas han sacado sus rentas y los beneficios de ellas fuera de España a
paraísos fiscales a donde no llegan los controles de los Inspectores de
Hacienda. Y esos mismos, que en su mayoría o pertenecen a la oligarquía o
son familiares o amigos de líderes políticos, se acogen a las sucesivas
amnistías fiscales que se han dado en España.
A todos estos “falso patriotas” habría que
recordarles que con los impuestos que pagan los españoles decentes se financian
los hospitales públicos, los colegios públicos y las infraestructuras que todos
y todas utilizamos, pero esto a ellos les debe sonar a chino. Ellos con su
dinero en Suiza o ahora en Panamá, como acabamos de descubrir, acuden a
hospitales privados, llevan a sus hijos a colegios privados y utilizan líneas
aéreas para no pisar carreteras con poco glamour.
Pero la paradoja es que España es también y,
sobre todo, una sociedad en la que la mayoría de la gente acude a
hospitales públicos a colegios públicos y utiliza carreteras. Esos son los
auténticos patriotas: camareros, funcionarios, pequeños empresarios, que se
levantan todos los días temprano y pagan religiosamente sus impuestos a
final de mes, impuestos que saben que son la garantía del Estado del Bienestar,
en el que creen.
Si los sinvergüenzas que sacan sus dineros
de España hubieran pagado lo que la ley les obliga como españoles, el Estado se
hubiera ahorrado los recortes en Sanidad, Educación y Dependencia y tendríamos
hoy un país mucho más justo y solidario. Pero ese no es su país. Esa no es la
España sobre la que se dan golpes de pecho mientras acuden a galas benéficas de
caridad y agolpan sus fortunas en cajas metálicas en el extranjero. En esa
España desconocida, los patriotas también se encuentran en el
Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ) que junto con los del
diario alemán Süddeutsche Zeitung han sacado a la luz las vergüenzas de
esos españoles. No lo olvidemos, la abogada del Estado en su patética
defensa de Cristina de Borbón en el caso Noos ya nos lo dijo: “eso de que
hacienda somos todos es un eslogan publicitario”.
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