Si
algún calificativo podriamos concederle a Quentin Tarantino, a parte
de los muchos que definen su estilo de hacer cine, es el de
feminista.
Tarantino
en la mayoría de sus películas engrandece a la mujer dotándola de
fuerza, carácter y sobre todo valentía, alejándose de arquetipos
tradicionales y machistas.
Desde Death
Proof, Malditos Bastardos y,
sobre todo en Kill
Bill,
Tarantino despliega su característica violencia en torno a
excelentes guiones que otorgan a sus protagonistas femeninas
perfiles psicológicos extraordinarios que destacan sobre sus
personajes masculinos.
Kill
Bill es una epopeya protagonizada por una mujer que, como la Beatriz
de Dante, viaja hasta el infierno para finalmente llegar al paraíso.
Es la historia de una venganza descarnada que concluye con un renacer
ahogado en lágrimas de felicidad.
Esta
película del año 2003 cuenta entre su reparto con Uma Thurman,
Lucy Liu, Daryl Hannah, Vivica A. Fox, Sonny Chiba,
Chiaki Kuriyama, Michael Bowen, Julie Dreyfus,
Michael Parks, David Carradine y Michael Madsen.
Kill Bill es un canto feminista solapado, que muestra la maternidad como una opción femenina que puede provocar lo mejor y lo peor de lo que es capaz una mujer.
Kill Bill es un canto feminista solapado, que muestra la maternidad como una opción femenina que puede provocar lo mejor y lo peor de lo que es capaz una mujer.
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