AP |
A
veces da la impresión de que las cosas existen, suceden y son importantes
si aparecen en los medios de comunicación. Pero nada más lejos de la realidad.
La vida, el
sufrimiento, las alegrías y las historias siguen su curso aunque no se
incluyan en los informativos.
Es el caso de
la terrible situación en la que se encuentran los refugiados sirios que ha
pasado de estar en las portadas de los periódicos, de abrir los telediarios y
noticieros radiofónicos a no existir. Sin embargo la guerra continua, los
bombardeos, y la huida de miles de cientos de personas de la represión y
la muerte. Las vidas de estos miles de refugiados, como la de tantas otras
víctimas de regímenes políticos inhumanos, dependen de decisiones que los
países que podrían ofrecérselas están retrasando.
A pesar del
escuálido compromiso de la Unión Europea para ayudar a estas familias a
permanecer con seguridad y dignidad en los países a donde están
llegando, hasta que puedan regresar de nuevo a Siria, está el titánico
trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales que se están viendo
desbordadas por la dimensión de esta tragedia que parece no tener fin. Y
hasta la ciudadanía se ha ofrecido a articular mecanismos que agilicen la
acogida a estos refugiados. El drama continúa y las vidas truncadas de
familias enteras obligadas a abandonar su hogar sigue aumentando.
La tragedia no ha terminado aunque haya dejado de aparecer en los
medios de comunicación .
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