Un nuevo año y Palestina sigue desangrándose

 


Un año nuevo siempre es una oportunidad de hacer propósitos de enmienda que, en la mayoría de los caos, se quedan en meras intenciones. Sin embargo, este nuevo año que comienza arrastra deseos anclados en los últimos meses de 2023 que deben trascender a las tímidas propuestas de cambio y tornarse en actuaciones que, aunque pequeñas, impelen otras de mayor tamaño.


El año 2023 se fue apagando a la vez que se encendía el genocidio de Israel contra Palestina, aún activo ante la mirada impertérrita de los estados del mundo.


Mientras descorchábamos nuestras botellas de cava y escuchábamos la detonación de los tapones en los espacios acogedores de nuestros hogares, en Gaza los estruendos eran de terror. Los techos caían a pedazos sobre el presente y el futuro de generaciones de palestinos que siguen sin comprender como el mundo consiente que continúen siendo invadidos y expulsados de sus tierras en un continuum temporal como el cáncer que avanza sobre las células sanas de un cuerpo humano.


Mientras nuestras mesas exultantes de excesos daban la bienvenida al nuevo año, en Gaza no podían entrar los servicios humanitarios, no ya a proveer de alimentos a la población, ni siquiera para atender a los heridos y moribundos civiles, víctimas de los bombardeos.


Mientras brindábamos con copas de fino cristal y nos mirábamos a los ojos deseándonos que el 2024 fuera el mejor de los años, en Gaza, las mujeres, los hombres, los niños y niñas y los ancianos y ancianas se tapaban los oídos y sólo deseaban que dejaran de caer las bombas.


Es un mito, precisamente judío, el de David y Goliat. Un mito en el que el débil se enfrenta al fuerte y gana que, en esta guerra y en todas se subvierte. El poderoso es el opresor, es el que escribe la historia y la legitima. Es el que coloniza, usurpa y expolia, territorios, derechos y recursos. Es el que habita en la cúspide y desde su “verdad” la proclama como universal.


Ese poderoso podrá engañar muchas veces a pocos, o pocas veces a muchos, pero no podrá engañar a muchos muchas veces y es ese es mi deseo. Que el año 2024 sea el principio de un final de una guerra que lleva ya más de 70 años haciendo jirones de la humanidad.

 

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