Atenas: Cuaderno de bitácora

Viajar a Atenas y sobre todo a Creta es la búsqueda del origen femenino arrebatado a Occidente. Porque la devoción a Atenea y antes que ella a las diosas cretenses constituyó el inicio de un tipo de espiritualidad primero y religiosidad después que concluyó con la llegada de Zeus y los monoteísmos.

En aquellos lejanos tiempos (siglo XVIII al XV a.C.) cuando la filosofía, la ciencia y la política griega que heredaríamos a partir del siglo V a.C. aún ni se imaginaba, en Creta la cultura minoica alcanzó un esplendor de sofisticación artística y social en el que la mujer ocupaba un lugar relevante. La igualdad y la colaboración eran la concepción del mundo. Así, indagar en ello ha sido el principal motivo de este viaje.

Día 1. Atenas 12/09/2023

7:00 horas. La plaza de Monastiraki está despertando, enmarcada por el perfil del Partenón a lo lejos. Sus calles aún regadas y establecimientos cerrados, poco a poco van atisbando el movimiento de la vida que aún se despereza.

11:00 horas. El mercado central de Atenas te recibe entre olor a carne roja y a pescado. La fruta está en el Ágora, como el prostilo de un templo convertido en zoco oriental, cuyas callejuelas, cuando el sol está alto, se tornan en el bazar que rememora los tiempos de la ocupación turca.

12:00 horas. El museo de la Acrópolis aguarda los tesoros de la ciudad alta de los Dioses, como las esbeltas y bellas cariátides que muestran sus largos cabellos recogidos en diferentes y cuidados peinados. Los cuerpos de Afrodita y Artemisa sin rostros reposan coronando lo que fue el frontón del Partenón y las kore muestran la magnificencia de su hermosura mármorea que antaño tuvo color y devoción.

14:00 horas. El serpentear de infinitos restaurantes para turistas nubla la posibilidad de descubrir un auténtico lugar de gastronomía local.

19:00 horas. Un paseo por la ciudad, por los alrededores del Ayuntamiento, descubre la Atenas en ruinas por la crisis del año 2008. Centenares de edificios vacíos, abandonados, destartalados, grises y sucios que contrastan con el espacio diáfano, blanco y mediterráneo próximo a la Acrópolis.

20:00 horas. El barrio de Psiry aparece como salido de la nada, como truco de magia en medio de un desierto de decadencia y desasosiego. Música, color, rincones románticos a la luz de las velas y cócteles decoran las calles en un ambiente festivo como de carnaval infinito.

Día 2. Atenas, 13/09/2023

11:00 horas. La Acrópolis amanece entre un millón de turistas que como hormigas emulando cigarras sortean las ruinas de un esplendor ya solo imaginado en libros de textos, en la literatura o en las guías turísticas. El Partenón desprovisto de vestuario, expoliado por ingleses y decomisado por griegos para su custodia en el museo, se alza soberbio entre el horizonte y las grúas. Y junto a él, el templo de Erecteion, en el que en uno de sus tres pórticos las copias de las cariátides protegen el lugar de adoración a la diosa Atenea y a Poseidón. 

14:00 horas. En la maraña de restaurantes destaca uno por su impostada sencillez y provocado escaparate de tradición. No está mal, pero también sucumbe a la tiranía del gusto del turista anglosajón. 

18:00 horas. De camino al Museo Arqueológico Nacional de Atenas, desde el Ayuntamiento, de nuevo los edificios descalabrados y además heroína y prostitución a plena luz del día, aparentemente consentido y amparado por la institución municipal, pues a escasos metros, el prostíbulo anuncia sus servicios a 5 euros y a la espalda del propio Consistorio, yonkis desnudos se preparan para su último viaje.

Ya en el museo, la máscara de Agamenon nos recibe trayendo recuerdos de Micenas junto a multitud de ajuar doméstico de oro. El Poseidón de bronce del siglo V, procedente de Artemisio, deslumbra por la exactitud anatómica de su acabado, lo que junto a su gran tamaño hace de él una escultura colosal. Y la gran cantidad de cerámica en perfectas condiciones encontradas, corroboran la alta técnica decorativa ya  consolidada. 

De Atenas marchamos ahora a Creta, la auténtica razón de este viaje hacia un pasado en el que todo fue muy diferente.


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