Zugzwang

 


La historia de nuestro pasado colonial en África queda lejos, sin embargo, aún vibran las ondas gravitacionales de aquel relato inconcluso. España al abandonar a su suerte a los saharauis que habían tenido desde 1958 hasta 1976 nacionalidad española, les condenaba a un futuro en manos de la hostilidad marroquí que lograría en 1979 anexionarse el Sáhara Occidental, a excepción del territorio, denominado Zona Libre o Territorios Liberados que se encuentra bajo el gobierno de la República Árabe Saharahui Democrática. 

Aquella España franquista además renunció a sus responsabilidades jurídicas de potencia administradora, que le hubiera permitido, según el articulo 73 del capítulo XI de la Carta de la ONU, defender al pueblo saharaui y protegerlo de cualquier abuso. Desde aquella decisión, que dejaba a los saharauis a merced de Marruecos han pasado 45 años y, mientras la Europa democrática, incluida España, miraba para otro lado, la dictadura monárquica marroquí no ha cesado en instigar contra el derecho a la autodeterminación de este pueblo, cuyo territorio se encuentra limitado al norte por Marruecos, al este con Argelia, al oeste con España y con Mauritania al sur. Sin embargo, los fantasmas de aquel pasado sin resolver han pesado sobre las conciencias que tienen más voluntad que visión ajedrecista y sucumbieron ante la demanda de auxilio sanitario del líder del Frente Polisario, Brahim Gali gravemente enfermo de cáncer y covid. 

España al permitir su ingreso en un hospital de Logroño, aún explicando que los motivos eran sólo humanitarios, movía pieza, ante lo cual, el rey ofendido haría lo que acostumbra: poner en juego la vida de sus peones, niños y niñas, jóvenes y adultos a los que, en esta ocasión, su régimen alentaría diciendo que durante 48 horas las fronteras tendrían menos vigilancia. Desde anoche, han llegado a Ceuta más de 6.000 personas procedentes del mismo Marruecos y del África subsahariana poniendo en Zugzwang[1] al gobierno español.  



[1] Zugzwang es una situación del juego del ajedrez en la que el rey pone al adversario en desventaja, por ser su turno y conseguir que haga el movimiento que haga siempre le desfavorecerá.

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