La huella del agua

Detalle de La noche estrellada de Van Gogh

Si la cronología del Universo la extrapoláramos a los 365 días que tiene un año, como hiciera Carl Sagan, la irrupción del ser humano en ella ocurriría a las 23.59 horas del día 31 de diciembre, por lo que es fácil imaginar lo que significamos en términos cósmicos. Sin embargo, en términos humanos, nuestra vida en la tierra la hemos creído fructífera y de su paso han dejado huella antiguas y poderosas civilizaciones. Pero también la humanidad está dejando otros tipos de huellas, como la del Agua que impresa en la naturaleza nos permite comprobar el impacto que nuestras actividades están provocando y la repercusión que tienen tanto en la continuidad, como en la calidad de nuestra existencia.
El desarrollo de la vida de hombres y mujeres en la última centuria nos ha llevado a niveles tecnológicos inconcebibles en épocas pasadas, que nos han permitido más longevidad y mejores condiciones de vida, sobre todo en los países denominados del primer mundo.  Sin embargo, este desarrollo no ha sido gratuito, el Cambio Climático y la Huella del Agua, entre otros, son parte del pago que se nos está cobrando.
El agua dulce es un recurso abundante a nivel mundial, no obstante, su disponibilidad disminuye en muchas regiones del planeta, precisamente debido al Cambio Climático, al incremento de la población y al consecuente aumento en la presión sobre los recursos hídricos.  Y, aunque éste sea un problema global, sus soluciones se encuentran a nivel local, siendo una de las medidas imprescindibles, además de garantizar la calidad y la disponibilidad de agua potable de consumo de un modo racional, la depuración de todas las aguas residuales.
Huella hídrica o huella de agua, nos hacen tomar conciencia del consumo de agua que necesitamos en todas nuestras actividades y nos sirven para tener un valor de referencia en nuestro uso del recurso, por lo que garantizar la calidad de las aguas residuales que terminan, depuradas o no, en ríos, acuíferos y lagos subterráneos como cierre del Ciclo Urbano del Agua, es trascendental para poder introducir un nuevo elemento, la reutilización o regeneración de aguas y consecuentemente reducir su uso en algunos ámbitos, como la agricultura, o el riego de campos de fútbol y de golf, entre otros.


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