Un poco más cerca del cielo


Autorretrato de Frida Kahlo
Bajo la denominación “Ley de Libertad Sexual” el Gobierno de España da hoy un paso más en la defensa y protección de las mujeres. Al menos por escrito quedará expresado que la mujer no es una cosa para el uso de los hombres, como hasta el momento, dejaba entrever el actual Código Penal. Ya no habrá que demostrar resistencia cuando se viola a una joven, que por lo general, ante la agresión sexual decide no resistirse para evitar también el resto de violencias físicas. Ahora se dejará de contemplar la violación como un “abuso” y pasará a considerarse como lo que es. Incluso, cuando se apruebe la ley, que ahora se encuentra en fase de proyecto, podremos pasear por la calle sin recibir la intimidación constante de miradas obscenas y palabras agresivas por nuestra condición sexual. Siempre se ha sabido la diferencia entre un piropo y una ofensa verbal, pero ahora, estas últimas estarán recogidas en el Código Penal y podrán ser castigadas.
La defensa del principio “sí es sí” del que se mofan los machistas más retrógrados de nuestra sociedad, no debería ni estar en la discusión. El respeto dejaría obviado este asunto, porque cuando alguien no quiere, se percibe de forma directa o indirecta. Que el “sí es sí” esté en el foco de esta ley, que será pionera en el mundo, pone en evidencia la falta de respeto generalizado hacia las mujeres. En el universo machista-patriarcal que nos rodea, la mujer es objeto de deseo y como tal se debe a las apetencias masculinas, incluso por la fuerza. Y por ello termina siendo culpabilizada en los episodios de agresiones sexuales. Con esta nueva ley, que responde a las demandas que los colectivos feministas llevan reclamando en la calle, sobre todo después de los violaciones de las manadas, las mujeres dejarán de ser juzgadas y estigmatizada por el modo de vestir, por salir de noche o por querer divertirse, cuestiones que hasta la fecha se tenían en consideración como atenuante de los delitos sexuales.
Cada dos horas, una mujer es violada en algún lugar del mundo. Cada veinte minutos, una mujer sufrirá acoso sexual. Cada doce horas, una mujer será golpeada y sometida algún tipo de abuso físico. Sólo el 20% denunciará la agresión y más del 70% nunca contará lo ocurrido. Con esta Ley difícilmente se eviten todas esas atrocidades pero habremos afianzado un pilar jurídico en la lucha por los derechos de las mujeres y estaremos un poco más cerca del cielo, de una sociedad en la que el respeto y la igualdad, esté por encima de todo.

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