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| “Dido Building Carthage” de Willian Turner |
El comienzo de la próxima
campaña electoral coincidirá con la celebración del Día de los Difuntos y no
por ello habrá que esperar malos augurios. Todo lo contrario. Durante la noche
del 31 de octubre al 1 de noviembre, según nuestros antepasados los celtas, los
espíritus de los difuntos cruzan el umbral de la muerte y nos visitan. Esta
tradición que fue asimilada por el cristianismo y viajó hasta el nuevo mundo
para mezclarse con la cultura azteca, dio lugar al Día de Muertos que la Unesco
declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2008, y es también Hallowen para los norteamericanos.
Durante la noche del 31 de
octubre y el 1 de noviembre conmemoramos a los que se fueron y dejamos que su
recuerdo impregne nuestras vidas anhelando su protección y, recordando sus
vivencias, procuramos convertirlas en consejos.
Es la fiesta de los muertos y en su memoria encendemos velas, llenamos
de flores los cementerios y nos disfrazamos de seres de la oscuridad. Y este 1
de noviembre de 2019 tendremos el aliciente de que nos acompañen los fantasmas
de la política española del pasado. Ojala renuncien, en esta ocasión, a estar
con sus familias y visiten a los líderes del presente. Ojalá les susurren al
oído sus errores para que éstos puedan evitarlos, ojalá les insuflen la
humildad y la sinceridad tan escasa en estos tiempos. El fantasma de Joaquín María López, jefe del gobierno en 1843 por el partido progresista que convocó elecciones para legitimar su poder y las perdió o, el del mismísimo Manuel Azaña que erró en sus pronósticos ante la II República, podrían vagar por las proximidades de Moncloa y hacer de líderes espirituales por unas horas. Incluso, el fantasma de Pablo Iglesias Posse podría hacer este año también una excepción y, tras presentarse a los nuevos y viejos socialistas, recordarles las palabras que pronunció siendo concejal en Madrid: “Tenemos el doble deber de cumplir: como representantes legales del pueblo hemos de velar por los intereses de todos; como representantes de hecho de los obreros hemos de mirar por los intereses de éstos. Nuestra acción nos creará enemigos, no nos importa. Merecer el odio de los que envenenan al pueblo, de los que le roban, de los que te toman como cosa explotable, será para nosotros una honra.”
Este próximo Samain, día de los Difuntos, Noche de Muertos y Hallowen podría ser además un buen augurio, una oportunidad de escuchar a los que se fueron y aprender del pasado para conquistar un futuro mejor.
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