GRETA O LA NUEVA CASANDRA




Cuando todo parece perdido ante la maraña de acciones y omisiones, insultos y desencuentros, surge un rayo de luz. Asoma un hálito de esperanza, cuando la política carece de valor por falta de entendimiento, por descubrir el machismo que subyace en la sociedad y no soporta que las mujeres estén al frente de instituciones, por no proteger espacios como la Amazonia, pulmón del planeta y dejar que muera presa de las llamas, por consentir que cientos de hombres y mujeres naveguen sin rumbo a riesgo de perder la vida, por retratarse con los pies encima de la mesa.
Greta Thunberg, con tan sólo 16 años ha sido capaz de enrojecer las mejillas de esos que viven de la política sin creer en ello. Greta simboliza esa otra política, diferente de la que nos tienen acostumbrados estos que ocupan los puestos de representación. Greta personifica la política que mira a largo plazo y  antepone el bien colectivo al personal.

El miércoles 28 de agosto arribó en la isla de Manhattan en Nueva York tras cruzar el Atlántico durante 14 días en el velero “cero carbono” Malizia II, cuyo patrón le ofreció gratis la travesía, para participar en la próxima Cumbre del Clima y pedirle a Trump que “escuche a la ciencia y abandone la guerra contra la naturaleza.”
Como Casandra, Greta advierte de las catástrofes que están por venir y como en el mito griego, los que pueden evitarlas, no le prestan atención.

Greta se ha convertido en un icono mundial del activismo verde y, aunque haya quien la observe como un espectáculo de feria a la que se la deja actuar como parte de la gran farsa en la que se están convirtiendo las Cumbres del Clima, sus mensajes son verdades como puños. Aunque crean que la mueven como al resto de hilos en la vida que nos han construido, sus palabras están calando en las conciencias de los que tienen la auténtica soberanía, de los que tenemos el poder en las democracias.  

Desde el Parlamento Europeo hasta la COP24, Greta ha llamado a las cosas por su nombre y como Casandra sólo espera que, incumpliendo la natural tendencia egoísta de los poderosos, sus vaticinios no se hagan realidad.  

Discurso en la Cumbre del Clima de la ONU de 2018 (COP24)

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