BLADE RUNNER 2049


 
35 años después de que arrivara a las pantallas del mundo Blade Runner, en 2017 Ridley Scott volvió a retomar este relato, pero no desde la dirección, como hiciera en 1982, sino desde la producción. La dirección la dejó en manos del canadiense Denis Villeneuve y la música cambió de Vangelis a Hans Zimmer.
35 años después, ni la dirección, ni la música han tenido nada que envidiar de aquella que impresionó a un público ochentero ávido de ciencia ficción y nuevas propuestas.
Blade Runner 2049 llegó a nuestros cines en 2017 y desde entonces no ha hecho más que reforzar el vínculo que la une con la primera, para despertar en el año 2019 que está a punto de llegar y hacer presente, el futuro del pasado.

Entre la búsqueda de Dios y la búsqueda de uno mismo, ambas películas, dibujan un universo personal, un futuro desolador en el que, sin embargo, siempre hay cabida a la esperanza.
Harrison Ford, en esta segunda parte, entrega el testigo a Ryan Gosling que interpreta al nuevo modelo de Blade Runner al más puro estilo de sí mismo. Actor y personaje se funden hasta el extremo de llevarnos a no saber quién fue primero. Los principales personajes femeninos interpretados por Robin Wright y Sylvia Hoeks transmiten la imagen más dura y agria de la mujer llegando incluso a ser despiadadas, que se contrasta con la dulzura y belleza de Ana de Armas, precisamente la menos real de las tres. Y, la música de Zimmer, como siempre, se convierte en un personaje más, quizás el más importante de todos, porque es el que dota a los demás de los matices necesarios para hacer de cada interpretación individual una apuesta colectiva.

Entre grises metálicos y amarillos dorados, la extraordinaria fotografía de Roger Deakins logra arraigar la idea de la eterna lucha entre lo mundano y lo divino, otorgando al mundo de  hombres y mujeres la frialdad de la mortalidad y al mundo de los dioses el calor de lo eterno.
Es Blade Runner 2049 una bella obra cinematográfica en la que no escapa de cada pixel, el ADN de su precursora y que, sin embargo, consigue liberarse y cortar su cordón umbilical.

 

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